viernes, 3 de junio de 2011

Contra Clarín, en defensa del Pellegrini

Es mejor parecerse a los docentes, estudiantes y no docentes del Pellegrini

Al Editor General Adjunto de Clarín
Sr. Ricardo Roa

De mi consideración:
       
Ni Moyano ni Milstein tienen algo que ver con la crisis del Carlos Pellegrini. Por eso, tras más de dos meses de lucha, la conclusión es otra: lo que es verdaderamente mejor es parecerse a los docentes, estudiantes, no docentes y padres de la Escuela. Porque llevaron adelante una lucha consecuente contra una gestión que pretendió modificar radicalmente el proyecto educativo de uno de los colegios preuniversitarios más prestigiosos, restringir su vida democrática a cero y, sobre todo, apropiarse de la institución para desplegar una política clientelar.

Al revés del planteo de su nota, la comunidad del Pellegrini enfrentó a quienes tienen “mayor capacidad de apriete”. Y no es la primera vez. Lo hicieron en 2007, cuando resistieron la intervención de Viegas como ahora confrontaron con esta nueva gestión que, apenas asumida, designó docentes a dedo, pretendió limitar derechos estudiantiles, creó un cargo político para intentar disciplinar a los no docentes, confrontó con todos los padres al no tener respuesta alguna para justificar su política de intervención.

 La AGD no se define como el “gremio más izquierdista”, salvo que por tal caracterización se quiera explicar la naturaleza de un sindicato independiente políticamente del Rectorado, las gestiones universitarias y el Estado. Algo que, como lo manifiesta la misma nota, no es UTE-Ctera, aliado del rector renunciado y su equipo. Y algo que, dicho sea de paso, tampoco es la burocracia de la CGT.

Nuestro sindicato no “se enfureció” por perder el control de los concursos. Sencillamente porque jamás tuvo control alguno. Por el contrario, en 2007 la AGD ha presentado un proyecto de reglamento de concursos y carrera docente que, desde entonces, reclama que se discuta e implemente para terminar con la precaria estabilidad laboral del interinato permanente.

No hubo tampoco “coproducción”, pese a que la película de la falta de democratización en la UBA y las políticas discrecionales de los grupos que la gobiernan se repiten cada cuatro años con la asunción de un rector que asume rodeado de vallas y policías. Lo que sí hubo es una acción colectiva –resultado de asambleas de docentes, estudiantes, no docentes y padres- que dijeron “basta” a la arbitrariedad y autoritarismo de quienes desembarcan en el colegio para hacer sus propios negocios.

Los estudiantes –jóvenes antes que “chicos”- no van por más. Reclaman que se vayan las autoridades legalmente nombradas pero completamente ilegítimas por su propio accionar. No vulneran “el valor de la asimetrías"; derrumbaron el verticalismo propio de una escuela militar y no de un colegio preuniversitario. Eso debería ser saludado calurosamente.

Contra todos los pronósticos y las crónicas que colocan a los jóvenes en un limbo incomprensible, en el consumo autodestructivo o en la violencia cotidiana, los estudiantes del Pellegrini -junto con sus docentes y sus padres (militantes que no es delito y no militantes)- se pusieron de pie contra todos los aprietes para defender la vida democrática en la escuela. Es decir, la condición necesaria para una educación pública, gratuita y de calidad.

Afortunadamente, la comunidad del Pelle demostró que no hay un sistema inmune ni impune que resista a la movilización colectiva. Y reveló además que este "asunto" es público, de todos, de jóvenes y de adultos, a quienes, como les interesa la educación, salen a defenderla.

Santiago Gándara
Secretario General de la Asociación Gremial Docente de la UBA

en respuesta a la nota del diario Clarín del domingo 22 de Mayo
(esta nota fue enviada al diario con pedido de publicación)

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